Estación de Metro de Vallcarca, 18:03 de la tarde, ríos de gente suben por las escaleras en dirección a sus viviendas, sus confortables viviendas. La imagen en la parte alta de Barcelona (por ejemplo, en Carrer Mandri) nos traslada a películas como El Día de Mañana: aceras glaciales, coches cruzados, ramas que han cortado la carretera, árboles que han caído encima de vehículos estacionados, resbalones… Hoy la calle es un sitio horrible: la nieve ha colapsado toda la metrópolis, que parece que sea Nome o Tunguska. El temporal ha desembocado en una debacle en el transporte público barcelonés: la línea de autobuses se ha anulado, el metro está saturado de personas y el ferrocarril está fuera de servicio por un fallo en la catenaria.
Mientras tanto, en la parte baja de la ciudad, en el Forum, tenía lugar el prestigioso evento deportivo Global Sports Forum. Podría haber sido una bonita estampa para presentar la candidatura a los juegos olímpicos de 2022 bajo la ventisca, pero Barcelona no es invernal, no está preparada, y los ponentes extranjeros se llevaron consigo al hotel o al avión una imagen pésima.
Las inclemencias climatológicas, como bien dijo Felipe II, son elementos y por lo tanto son hechos aleatorios.Pero la verdad es que esta nevada estaba anunciada. Ya el domingo, viajando de madrugada hacía Barcelona, me sorprendió una copiosa nevada en el Bruc, ¡El domingo! No me querrán convencer de que no se puede conseguir y distribuir sal durante las siguientes 15 horas(15:30; más o menos cuando los copos empezaron a cuajar).
Una quitanieves tiraba sal por primera vez en General Mitre hacía las 19:00 de la tarde del lunes. Así no se deben hacer las cosas.
De todos modos, lo peor del asunto son aquellas personas que no sólo sufrieron molestias, sino que tuvieron que dormir fuera de sus casas porque los accesos por autopista y las rondas fueron cortados al final de la tarde. El aeropuerto también sufrió retrasos en los aterrizajes.
Los titulares y las primeras de los periódicos locales han puesto el dedo acusador en el ajuntament, por reaccionar de manera tardía ante un imprevisto previsto por todos los partes meteorológicos.
Este hecho da un severo golpe desestabilizador a la campaña olímpica de 2022, de la que se sospecha que tan solo era una cortina de humo con el objetivo de no perder muchos votos en los próximos comicios autonómicos. Es una campaña que choca con otra candidatura del país, Jaca 2022, que lleva casi 30 años luchando por ser sede olímpica. El alcalde jacetano; Enrique Villarroya, ya consideró inoportuna la opción Barcelona-Pirineos. Estas guindas solo se consiguen mediante la unión, la confrontación no forma parte del espíritu olímpico.
Diego Celma Herrando
Imagen: viajeros4x4x4