Las palabras Mont Blanc evocan en nuestra mente dos conceptos bien diferentes. Por un lado nos recuerda al gran pico de los Alpes: la montaña más alta de Europa Occidental con sus 4810 metros y que espero coronar en 20 días. Por el otro, nos acordamos de la firma fabricante de plumas y demás artículos de lujo que destaca por sus acabados y por su calidad.

Desde 1906, un grupo de emprendedores comenzaron a diseñar estilográficas hasta que en 1913, la empresa fue fundada como Mont Blanc. En la actualidad, cerca del centenario, Mont Blanc ha diversificado su elenco de productos y también comercializa, perfumes, relojes de pulsera y gafas. También en ese año, la corporación cambió su logotipo que hasta la fecha había sido un sencillo punto blanco; la nueva imagen de la compañía sería una estrella blanca de puntas redondeadas.

En el siglo XXI, el logo continúa siendo el mismo. El minimalismo del imagotipo ha hecho posible que, a pesar del paso de las décadas, la estrella no quede desfasada. Sin embargo, lo ideal del logo no su grafismo, sino su significado. El gimic representa la cima del Mont Blanc vista desde el cielo, con sus seis glaciares perpetuos. Para redondear el diseño, su forma geométrica lo relaciona con conceptos como la simetría o la perfección, lo cual es apropiado para una empresa de relojes y plumas estilográficas.

Diego Celma Herrando

Imagen: c2coffer