He pasado unos días de playa, en la Costa Blanca. Días de arena, granizados, helados y puestos hippies. Días de tranquilidad aunque con centenares de kilómetros tras el volante.
Uno de los mejores helados de hielo, de siempre, y sobre todo, que me recuerda a mi cada vez más lejana infancia, es el Calippo. Actualmente son tres sabores: Fresa, Lima-limón, Limón-Piña y Cola. Pero el más logrado es el de fresa sin duda. Es un helado de hielo clásico, que lleva ya muchos años a pie de cañón en piscinas, terrazas de pueblo y chiringuitos de playa. Nunca acabará, es eterno.
Aún así, hay que seguir manteniendo el logo, la gama de sabores y su característico envase en el ambiente. En la Costa Blanca está ahora mismo pegando fuerte una campaña de Calippo. Por ejemplo, avionetas que, como estrellas fugaces, vuelan por encima de las playas con el logo, carteles o incluso dinamización del punto de venta. En el parque temático de Benidorm, Terra Mítica, concretamente en su espectáculo insignia, Barbarroja, aparecían en los minutos previos al comienzo chicas y chicas Calippo. El momento era ideal, cuando la gente estaba acomodándose. Estos vestían una vistosa camiseta en la que ponía Calippo 2 euros y portaban grandes bandejas cargadas de este refrescante manjar de colorante y dulce sabor. Seguro que así vendieron muchos más Calippo que si se hubieran quedado en la tienda.
Calippo sabe muy bien que hay que mantenerse actualizado entre los consumidores para seguir estando, y por muchos años, en la cresta de la ola.
Diego Celma Herrando
Imagen: eladerezo