GODIVA, NEUHAUS…

Muchos países tienen unos determinados productos nacionales que los representan: Suiza tiene sus relojes y navajas, Francia, sus vinos y quesos, Italia sus pizzas, Inglaterra su idioma, Alemania sus motores y capacidad de trabajo, España el jamón y la siesta, Escocia su monstruo y sus whiskys, Estados Unidos sus películas, Colombia su café, etc. Hublot, Don Perignon, Mercedes, The Glenrothes, Lucas Films, Juan Valdez son algunas marcas insignia de estos productos. Bélgica destaca por su exquisito chocolate. Esa delicia belga tiene también sus fabricantes famosos con gran presencia en el extranjero, dos de ellos son Godiva y Neuhaus.

Godiva, el chocolate del amor es uno de los cacaos más reconocidos del planeta. La firma, creada en 1926, ha extendido sus tentáculos por numerosos países y sus ricas delicatessen pueden ser compradas en Pekín, San Francisco, Sydney y Johannesburgo. Por supuesto, debajo de Godiva 1926, aparece la denominación de origen: Belgium.

Neuhaus, el inventor del bombón, tiene como exponente el eslogan de Createur Chocolatier y su lejana fecha de nacimiento 1857. No remarca tanto su nacionalidad belga pero si caminas por las ciudades de Bélgica te encuentras una tienda suya en cada esquina.

Precisión, calidad, delicadeza. Todos esos adjetivos van asociados a la imagen corporativa de Godiva y Neuhaus, y por ende, a Bélgica. Y por supuesto esto también funciona al reves, el chocolate belga es tan famoso por el mundo que a ambas marcas les gusta asociarse al país. Es una simbiosis perfecta. El país del Manneken Pis ha encontrado en estas dos chocolaterías gourmet a sus dos mejores embajadores.

Diego Celma Herrando

Imagen: losviajeros

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