Al parecer, a muchos fanáticos de Apple les está costando reconocer lo evidente. El iPhone 5 ha decepcionado a todo el planeta. Hay varios motivos que nos llevan a esa conclusión y que algunos achacan a la ausencia de Steve Jobs, del que esta semana se ha cumplido el primer aniversario de su fallecimiento.
En primer lugar, las mejoras tecnológicas han sido ínfimas y para el usuario medio se podrían resumir a una mejora en la cámara y a un aumento de la velocidad de procesamiento poco significativo.
En segundo lugar, el diseño en sí es más de lo mismo. El ribete de aluminio es idéntico al del iPhone 4 y 4s, y para colmo, se ha eliminado la parte trasera de cristal, que convertía al teléfono en poco menos que una joya de la historia de la telefonía. Además, el iPhone5 ha destrozado uno de los preceptos básicos de Jobs. El desaparecido CEO de Apple defendía que la pantalla jamás debía de superar las 3,5 pulgadas, porque así se llegaba con el dedo pulgar hasta la esquina más alejada de la misma. En esta nueva versión la pantalla se va hasta las 4 pulgadas.
Tampoco han ayudado fallos de cajón como esa luz púrpura que aparece en las fotografías cuando enfocan con una determinada inclinación a un foco de luz. Los mapas han sido un completo desastre y la nueva actualización de iOS no está funcionando a la perfección.
Antes, hace ya algunos años, los usuarios de la manzana estaban acostumbrados a una perfección que era una excepción en el actual sistema empresarial y en la sociedad del consumo. Se echa ya de menos a Jobs y, aunque no hay que olvidar que con él también había fallos, había una notable diferencia. Dicha diferencia es muy básica y está basada en la esperanza; los Macheads sabían que después de cada fallo o imprecisión por parte de Apple, aparecía su gran gurú, el genio Jobs, que solventaba el entuerto con celeridad para seguir alumbrando después un sinfín de productos maravillosos. Ahora en cambio, hay cierto escepticismo sobre quién será el creador de la compañía y sobre quién marcará los pasos de la innovación, escribiendo el futuro antes de tiempo.
El iPhone 5 parece demostrar que las ideas no están siendo el motor de Apple en los últimos tiempos.
Diego Celma Herrando
Imagen: gizmondo