Ayer se celebró el primer debate presidencial de la campaña 2012. Barack Obama y Mitt Romney se enfrentaban en un cara a cara que para el republicano se había convertido en la cara o la cruz de sus aspiraciones a la Casa Blanca.
Y no es para menos, porque al debate llegaba el actual presidente con una ventaja sólida, sustentada sobre todo en la victoria en la batalla de las convenciones, que se decantó del lado demócrata.
Pero por todos es sabido cuál es el talón de Aquiles de Obama y es la economía, campo en el cual los electores depositarían su confianza en el ex gobernador de Massachusets. Mitt trató de centrar los temas importantes del debate en esta materia.
Sea como fuere, el orador Obama no tuvo su noche ayer, no estuvo brillante y en ciertos compases parecía como si estuviese aburrido y hastiado, de adormilado le han llegado a calificar en algunos medios.
Tras el debate, casi 7 de cada 10 estadounidenses creían que el claro ganador era el candidato republicano. Tan solo poco más de 2 de cada 10 se decantaban por Obama. Como guinda final, Mitt Romney se quedó saludando a los asistentes con una amplia sonrisa y rezumando una esperanza de victoria por todos sus poros. Mientras tanto, Obama salió como corriendo del escenario para reunirse con su gabinete. Él era muy consciente de que no había tenido su noche. ¿Dará la vuelta a los sondeos Romney si gana los otros dos debates?
Diego Celma Herrando
Imagen: nwitimes