El té a las 5 en punto, partidos de fútbol a y cinco, trenes que no se retrasan, etc. Los ingleses siempre se han diferenciado del resto del mundo por su escrupulosa puntualidad, o así han pretendido que sea. British Airways era la compañía de aerolíneas anglosajona por excelencia, sus aviones tenían carácter con su flamante tipografía y, aunque aquel avión que John McLane no pudo salvar llegaba tarde, solían tener fama de puntuales.
España, por el contrario es un país impuntual, repleto de gente que todavía se escuda cada día, en el estudio realizado por alguna institución que afirmaba que 11 minutos son el margen que tienen las personas para llegar tarde a las citas. Y el aeropuerto de Barajas era el gran representante del horario relativo español.
Ahora Iberia y British Airways se han fusionado. Con la unión, ha surgido un nuevo nombre empresarial, Internacional Airlines, que en mi opinión, es un nombre abstracto que apenas transmite imágenes gráficas al receptor. Según los preceptos del naming, es imperativo que el denominador empresarial se plasme en la mente del consumidora través de las cualidades intrínsecas, la marca(nombre) debe comunicar muchas más cosas que una simple palabra.
Es un mal menor porque ambas corporaciones mantendrán su identidad, su publicidad y sus logotipos, pero con esta fusión, que es una válvula de escape a la crisis y que se fundamenta en estrategias económicas lógicas. No es muy acertada si nos ceñimos en los valores unitarios de las dos empresas de aerolíneas.
Diego Celma Herrando
Imagen: vheconomia